Blog dedicado a estrenos o leyendas del cine en un minuto, en lo que bebes un té.
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miércoles, 12 de junio de 2013

"ULTIMATUM A LA TIERRA" ROBERT WISE, 1951

 

  Una nave espacial de origen desconocido aterriza en Washington en plena guerra fría. De ella surge Klaatu (Michael Rennie), un pacífico emisario extraterrestre escoltado por el poderoso robot Gort (Lock Martin). Tras intentar fallidamente trasmitir su mensaje a los gobiernos de la Tierra, decide investigar a la humanidad por su cuenta encontrándose con la viuda de un soldado llamada Helen Benson (Patricia Neal) y su hijo Bobby (Billy Gray). El futuro del mundo dependerá de su juicio.
    En esta ocasión reseñaré uno de los grandes clásicos indiscutibles de la ciencia ficción. Por supuesto, ni que decir tiene que hemos de olvidarnos del lamentable remake realizado en el 2008 con Keanu Reeves y Jennifer Connelly.
    Antes que nada me gustaría ahondar en el título orginal del film: "The day the Earth stood still", en España se tradujo como "Ultimatum a la Tierra" y no está del todo desencaminado, además que aparece en el cartel, pero en otros países de habla castellana escogieron el sentido literal de la oración, "El día que la Tierra se detuvo". Por supuesto esta última opción puede dar lugar a confusiones acerca de la gravitación del planeta u otros términos astronómicos, pero personalmente la prefiero ya que expresa lo que se ahonda en la primera parte de la película: antes de emitir su juicio a la humanidad (su ultimatum) Klaatu decide infiltrarse entre los humanos para poder conocerlos mejor, en ese momento, el destino de la tierra queda en suspenso, se detiene. Tiene el poder suficiente para aniquilarla por completo pero decide darle una última oportunidad en base, simplemente a una viuda y su hijo. El gobierno, el ejército, la anquilosada diplomacia entre países, la prensa o la gente en general, fallan como embajadores de la humanidad. Sólo nos salvan estos dos individuos que ni siquiera pueden calificarse que sean representativos, ni son perfectos ejemplos de lo virtuoso, por ejemplo, la mujer, a pesar de su sentido de la justicia se ve manipulada a menudo por su novio o el niño, aún siendo tan tierno, se aprovecha de la ignorancia del extraterrestre. Sin embargo, el cariño de esta madre y la inocencia de su hijo le muestran el mejor lado de la humanidad.

La referencia a uno de los "Jesucristos" americanos era inevitable. 
    El contexto histórico de la película nos remite al escenario que dejó la segunda guerra mundial, un mundo dividido en dos bloques económicos y sociales totalmente antagónicos en constante lucha. Ambos gobiernos, tanto el soviético como el americano, se acusaban de espionaje e intentos de expansión, por lo que la carrera armamentística alcanzaría cotas jamás antes imaginadas debido a las armas nucleares.En cierta forma el mundo continuaba en guerra y aquí nacía esta película. Lo más cómodo hubiese sido decantarse por el lado capitalista execrando a los "horribles comunistas" o una historia simple de buenos y malos, donde los extraterrestres vienen a invadirnos. Pero el director Robert Wise ("West side story", "Sonrisas y lágrimas", encargado del montaje de "Ciudadano Kane"...) opta por la postura pacifica y conciliadora, lo que me resulta curioso es que por desgracia, se tenga que recurrir a una especie de policía espacial ya que, por nosotros mismos, no somos capaces de enmendar nuestras conductas equivocadas, se necesita de un castigo o su amenaza, supongo que así funcionamos...



    Resumiendo, un ejemplo perfecto del cine de ciencia ficción, totalmente recomendable, entretenida a la vez que profunda. Incluso los efectos especiales, a pesar de tener más de cincuenta años siguen siendo convincentes ya que ayudan a un gran guión.


    No puedo terminar esta reseña sin mencionar esas tres palabras: Klaatu barada niktu. Cuando Klaatu las recita a la viuda para evitar que el robot destruya la Tierra, me vino a la cabeza inmediatamente la imagen de Ash en el cementerio de las almas perdidas (personaje interpretado por Bruce Campbell en "El ejército de las tinieblas", 1992). Sin embargo, no sólo en este filme de Sam Raimi se homenajea a la que para muchos es una de la frase extraterrestres más famosa, también aparece en "Tron" o hasta incluso en "El regreso del Jedi".
"Tranquil@ y recuerda "Klaatu Barada Nikto"... o de lo contrario Gort comandará el ejército de las tinieblas contra la tierra.


martes, 4 de junio de 2013

"LOS COMULGANTES" INGMAR BERGMAN, 1963

"Si Dios no existiera... ¿habría alguna diferencia?"
   El pastor protestante Tomas Ericsson (Gunnar Björnstrand) realiza su trabajo litúrgico con la iglesia casi vacía. Está enfermo y el amor de la maestra Marta (Ingrid Thulin) se ha vuelto para él una carga insoportable. Un matrimonio de feligreses (Max von Sidow y Gunnel Lindblom) acuden para pedirle consejo acerca de una inexplicable angustia para ellos, sin embargo es incapaz de resolver sus dudas.


   En el s. XIX el filósofo F.W. Nietzsche anunció que el pasado siglo sería una época de convulsiones sociales y grandes guerras porque el mundo se daría cuenta de que Dios había muerto. El supremo organizador, el legitimador de nuestra ética, el severo padre que castiga y recompensa era un cascarón vacío desde hacía tiempo. Este desolador paisaje es el que nos retrata el director Ingmar Bergman en este descarnado film. Frío, silencio y soledad son las palabras que mejor definen esta introspectiva obra del archiconocido autor sueco.
   Tenemos a un pastor que no lo es, en cuanto que ha perdido su fe. Un hombre que no lo es, en cuanto que ha perdido su capacidad de amar. Como él mismo confiesa ante el apesadumbrado feligres que le visita :"morí en el momento que mi mujer murió". Todo es vacío en él y nada le importa. Incluso para un actor de la talla de Gunnar Björnstrand, fue uno de los personajes más incómodos de interpretar.

El momento más luminoso de la película: el pastor confiesa no creer en  Dios y un rayo de sol se cuela  por la ventana.

   Su contrapartida, Marta, la profesora sustituta, parece ser la única que pueda salvarle de sí mismo. Sin embargo, sus intentos se ven una y otra vez frustrados ante un muro de fría indiferencia. Si el protagonista se ve ahogado por el silencio de Dios, Marta lo está por la falta de sentimientos del pastor, que en breves y contados momentos se resquebraja, pero rápidamente vuelve a levantar su muralla defensiva.


   Ante un elenco de actores que representan perfectamente cada uno de los roles designados, el director se recrea en una sucesión de primeros planos hacia el rostro de cada uno de ellos. No hace falta más, todo queda explicado, incluso a veces podría ser que el protagonista habla demasiado. Si sobran las palabras, incluso sobra la banda sonora, no existe, sólo silencio, ruido de coches, dialogos y un incestuoso río que vela al muerto que nadie llora, salvo el corto gemido de un niño a lo lejos.

   Es una película dura y lenta, pero necesaria. Bergman nos plantea cuestiones que en un momento u otro de nuestra vida aparecerán y la huida no hará más que exacerbarlas hasta el momento de nuestra muerte, como la expresión inglesa declara "honesty in death" (honesto en la muerte). Son temas universales que nos han acompañado a lo largo de toda la historia de la humanidad, no son sólo patrimonio exclusivo de intelectuales, no nos habla de algo completamente ajeno a nuestra vida diaria.


   Por supuesto, también opino que un exceso de este tipo de películas puedes llegar a ser perjudicial pero creo que, actualmente, se tiende más al escapismo, a no hablar de "eso", a no "comernos la cabeza" pareciendo que únicamente se puede hablar de la muerte o Dios cuando tienes un libro de Kierkegaard bajo el brazo.