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domingo, 26 de enero de 2014

"LOS 47 RONIN (CHUSHINGURA)", HIROSHI INAGAKI 1962


    El joven noble Asano decide combatir a Kira, un viejo señor feudal que ha logrado su posición mediante actos injustos y corruptos. Con este fin, Asano se niega a pagar los sobornos que Kira le reclama. Al conocer la decisión, Kira pone en marcha un plan para humillarle, empujando a Asano al harakiri (suicidio ritual, como castigo por un delito) por honor. Los samuráis que sirvieron a Asano, ahora marginados ronin (samuráis sin señor), prepararán la venganza de su antiguo señor.

    "Durante los largos inviernos de mi infancia, cuando al oscurecer se encendían las linternas de papel y las sombras difuminaban las escenas pintadas sobre los biombos, a menudo me sentaba cerca del fuego y escuchaba con atención a mi honorable madre quien, para distraerme de la penumbra de nuestra casa, solía contarme historias de los Cuarenta y Siete Ronin y, de esa manera, iluminaba mi espíritu con la luz de la lealtad." ("Los cuarenta y siete ronin. La historia de los leales Samurais de Akó."Tamenaga Shunsui, Miraguano ediciones.)
    Con este entrañable prefacio, Tamenaga Shunsui (1790-1843) se enfrentaba ante el reto de poner por escrito uno de los acontecimientos más conmovedores de la historia de Japón que aún sigue siendo uno de los epítomes de lo que el código Bushido (el camino del guerrero) significa.
    Para su versión cinematográfica en 1962 se escogió al director Hiroshi Inagaki, conocido por otra adaptación de un clásico japonés como es la trilogía de "Musashi", obra del autor Eiji Yoshikawa en el que se narra la vida del famoso samurái Miyamoto Musashi.
      En esta ocasión, el director decide dividir la película en dos partes: la primera "Flores"en la que se narra la historia del señor Asano con el posterior declive de su clan y la segunda "Nieve" en la que sus leales súbditos toman finalmente la merecida venganza. Por desgracia no pudo contar con Toshiro Mifune (Samurái, Los 7 samurái, Rashomon...) como uno de los protagonistas aunque sí aparece en un papel secundario y es un pena porque la interpretación de los personajes es bastante "plana", sin emociones reales e incluso se hace un poco aburrido más teniendo en cuenta que la obra dura cerca de las 3 horas.
La ambientación es muy sobria pero a la vez cuida detalles de la época en que se narra (principios del s.XVIII). Por supuesto no faltan las flores de cerezo tardías, los farolillos en el río, la pareja de carpas, el ineludible monte Fuji, los ostentosos trajes de la nobleza frente a la pobreza del pueblo y números musicales llenos de colorido en el "barrio alegre" donde los leales al señor Asano disimulan sus verdaderas intenciones. En ese aspecto cumple con su cometido bastante bien.
    Sin embargo, en mi opinión, lo realmente destacable es la historia narrada que queda patente en los primeros minutos. La imagen de un palanquín (especie de carruaje en el que los nobles viajaban sostenido por personas en vez de caballos como en occidente) ocupado por un perro mientras la gente común caminaba sobre un suelo de fango me llamó poderosamente la atención. Vemos como se critica la posición que toman las clases gobernantes frente a los gobernados, humillándolos de una forma avergonzante y medrando únicamente gracias al nepotismo y los sobornos establecidos casi con rango de ley (ejem). Frente a esta sociedad se alza un señor en contra de estas prácticas que acaba muriendo por oponerse al sistema. Muchos podrían pensar que su postura es egoísta ya que condena a su clan por defender sus principios, sin embargo, tal y como se constata en su némesis Kira, la vida sin un fin, sin un modelo de conducta honorable, no merece ser vivida. Llegan a ser hasta casi repulsivas las imágenes del maestro de ceremonias Kira tonteando con jóvenes bailarinas mientras afirma que sólo quiere vivir por las mujeres y el alcohol mientras su mujer se retira asqueada. Nadie se salva de la crítica, hasta los más "fieles" samuráis acaban retirándose cuando el tiempo pasa, demostrando las palabras de la mano derecha del señor Asano, Oishi Yoshio: "hasta el pueblo puede demostrar más honor que los samuráis". Así, en la noche del ataque decisivo el mismo personaje pronuncia unas palabras lapidatorias: "es fácil saber lo que está bien o mal, lo realmente dificil es hacerlo". En el momento de la revancha final me sorprende como se unen a su causa, de una forma menos activa pero importante, nobles (vecino de Kira), guerreros (maestro de lanza), e incluso el pueblo en general saludando su acto de honor restaurado contemplando el paseo final de los valientes hacia su muerte.

    ALERTA DE SPOILER: Sí, mueren al final, todos, víctimas del mismo sistema legal que su maestro, mediante el harakiri, pero alcanzando por fin la paz de una vida coherentemente vivida como el momento en el que Sócrates toma su postrer copa de cicuta. FIN DE SPOILER.

     Resumiendo, la película se puede hacer excesivamente larga y las actuaciones no me parecen del todo sobresalientes pero su argumento es evocador. Una vez más, valores que se ven cada vez más denostados como el honor y la lealtad son ensalzados hasta un punto épico y con la suficiente paciencia y tranquilidad, es una película muy "disfrutable".



Por cierto, no lo he dicho antes pero está basado en acontecimientos realmente ocurridos en Edo en el año 1701; aún hay espacio para la esperanza. Arriba una imagen del monumento en su honor en el templo de Tokyo.

    Parece ser que hay una nueva versión de este clásico de la historia japonesa recientemente estrenada y con Keanu Reeves a la cabeza del reparto.

  
 ¿Para cuándo una versión del Quijote cazavampiros? ¿Los amantes zombies de Teruel? ¿Van Helsing contra la Celestina? Un nuevo mundo se abre para la historia del cine, por favor, que Syfy los dirija pero a la de ya. Eso sí que sería épico.