El joven noble Asano
decide combatir a Kira, un viejo señor feudal que ha logrado su
posición mediante actos injustos y corruptos. Con este fin, Asano se
niega a pagar los sobornos que Kira le reclama. Al conocer la
decisión, Kira pone en marcha un plan para humillarle, empujando a
Asano al harakiri (suicidio ritual, como castigo por un delito) por
honor. Los samuráis que sirvieron a Asano, ahora marginados ronin
(samuráis sin señor), prepararán la venganza de su antiguo señor.
"Durante los largos
inviernos de mi infancia, cuando al oscurecer se encendían las
linternas de papel y las sombras difuminaban las escenas pintadas
sobre los biombos, a menudo me sentaba cerca del fuego y escuchaba
con atención a mi honorable madre quien, para distraerme de la
penumbra de nuestra casa, solía contarme historias de los Cuarenta y
Siete Ronin y, de esa manera, iluminaba mi espíritu con la luz de la
lealtad." ("Los cuarenta y siete ronin. La historia de los
leales Samurais de Akó."Tamenaga Shunsui, Miraguano ediciones.)
Con este entrañable
prefacio, Tamenaga Shunsui (1790-1843) se enfrentaba ante el reto de
poner por escrito uno de los acontecimientos más conmovedores de la
historia de Japón que aún sigue siendo uno de los epítomes de lo
que el código Bushido (el camino del guerrero) significa.
Para su versión
cinematográfica en 1962 se escogió al director Hiroshi Inagaki,
conocido por otra adaptación de un clásico japonés como es la
trilogía de "Musashi", obra del autor Eiji Yoshikawa en el
que se narra la vida del famoso samurái Miyamoto Musashi.
En esta ocasión, el
director decide dividir la película en dos partes: la primera
"Flores"en la que se narra la historia del señor Asano con
el posterior declive de su clan y la segunda "Nieve" en la
que sus leales súbditos toman finalmente la merecida venganza. Por
desgracia no pudo contar con Toshiro Mifune (Samurái, Los 7 samurái,
Rashomon...) como uno de los protagonistas aunque sí aparece en un
papel secundario y es un pena porque la interpretación de los
personajes es bastante "plana", sin emociones reales e
incluso se hace un poco aburrido más teniendo en cuenta que la obra
dura cerca de las 3 horas.
La ambientación es muy
sobria pero a la vez cuida detalles de la época en que se narra
(principios del s.XVIII). Por supuesto no faltan las flores de cerezo
tardías, los farolillos en el río, la pareja de carpas, el
ineludible monte Fuji, los ostentosos trajes de la nobleza frente a
la pobreza del pueblo y números musicales llenos de colorido en el
"barrio alegre" donde los leales al señor Asano disimulan
sus verdaderas intenciones. En ese aspecto cumple con su cometido
bastante bien.
Sin embargo, en mi
opinión, lo realmente destacable es la historia narrada que queda
patente en los primeros minutos. La imagen de un palanquín (especie
de carruaje en el que los nobles viajaban sostenido por personas en
vez de caballos como en occidente) ocupado por un perro mientras la
gente común caminaba sobre un suelo de fango me llamó poderosamente
la atención. Vemos como se critica la posición que toman las clases
gobernantes frente a los gobernados, humillándolos de una forma
avergonzante y medrando únicamente gracias al nepotismo y los
sobornos establecidos casi con rango de ley (ejem). Frente a esta
sociedad se alza un señor en contra de estas prácticas que acaba
muriendo por oponerse al sistema. Muchos podrían pensar que su
postura es egoísta ya que condena a su clan por defender sus
principios, sin embargo, tal y como se constata en su némesis Kira,
la vida sin un fin, sin un modelo de conducta honorable, no merece
ser vivida. Llegan a ser hasta casi repulsivas las imágenes del
maestro de ceremonias Kira tonteando con jóvenes bailarinas mientras
afirma que sólo quiere vivir por las mujeres y el alcohol mientras
su mujer se retira asqueada. Nadie se salva de la crítica, hasta los
más "fieles" samuráis acaban retirándose cuando el
tiempo pasa, demostrando las palabras de la mano derecha del señor
Asano, Oishi Yoshio: "hasta el pueblo puede demostrar más honor
que los samuráis". Así, en la noche del ataque decisivo el
mismo personaje pronuncia unas palabras lapidatorias: "es fácil
saber lo que está bien o mal, lo realmente dificil es hacerlo".
En el momento de la revancha final me sorprende como se unen a su
causa, de una forma menos activa pero importante, nobles (vecino de
Kira), guerreros (maestro de lanza), e incluso el pueblo en general
saludando su acto de honor restaurado contemplando el paseo final de
los valientes hacia su muerte.
ALERTA DE SPOILER: Sí,
mueren al final, todos, víctimas del mismo sistema legal que su
maestro, mediante el harakiri, pero alcanzando por fin la paz de una
vida coherentemente vivida como el momento en el que Sócrates toma
su postrer copa de cicuta. FIN DE SPOILER.
Resumiendo, la película
se puede hacer excesivamente larga y las actuaciones no me parecen
del todo sobresalientes pero su argumento es evocador. Una vez más,
valores que se ven cada vez más denostados como el honor y la
lealtad son ensalzados hasta un punto épico y con la suficiente
paciencia y tranquilidad, es una película muy "disfrutable".